¿Qué es el estrés?

El estrés positivo llamado también eustrés: es una reacción natural del organismo cuya finalidad es la adaptación a las demandas del entorno. Nos estimula a enfrentarnos a los problemas, permite que seamos creativos, tomemos iniciativa y respondamos eficientemente a aquellas situaciones que lo requieran. Él estrés positivo permite que estemos llenos de energía, favoreciendo así nuestras actividades cotidianas y afrontar nuestros retos de la vida.

El estrés negativo o distrés: es un estrés desagradable ya que viene acompañado de malestar y fatiga, y por lo tanto no es adaptativo. Cuando en el entorno personal o laboral se realizan demandas excesivas, intensas y /o prolongadas, si se supera la capacidad del organismo es cuando hablamos de estrés negativo.

La consecuencia negativa es que se deprime el funcionamiento del sistema inmunológico predisponiéndonos para el desarrollo de enfermedades. Un estado de excitación permanente minará nuestras defensas, perjudicando primero nuestra salud psíquica y después la física.

 

Síntomas de estrés

A nivel físico: Dolores de cabeza, tensión muscular, problemas del aparato digestivo, tensión alta, cansancio físico, enfermedades de la piel, problemas endocrinos, agotamiento generalizado, dificultad para respirar.

A nivel psicológico: angustia, inquietud, aumento de la ansiedad, alteraciones del estado anímico, fatiga mental, problemas en el patrón de sueño, falta de memoria, menor concentración, irritabilidad.

A nivel conductual: alteraciones de la conducta alimentaria, beber alcohol o fumar en exceso, tics nerviosos, morderse las uñas (onicofagia), rechinar los dientes (bruxismo).  

Causas del estrés

Prácticamente todo puede provocar estrés, según la situación y tu capacidad para manejarla. A modo ilustrativo algunos ejemplos: la pérdida de un trabajo, una mudanza, nacimiento de otro miembro en la familia, adaptación a la universidad, cambios en las relaciones interpersonales, traumas, desastres naturales.

-A nivel externo: cambios vitales a nivel laboral, financieros y familiares.

-A nivel interno: pesimismo, autocrítica, perfeccionismo, expectativas poco realistas.

– Procrastinar: cuando algo nos cuesta o no nos agrada solemos posponerlo, acabará por agobiarnos, se nos acumularán las tareas o decisiones.

– Pensamientos recurrentes: son las preocupaciones en bucle, cuando no conseguimos desconectar de un problema personal o de trabajo nos sentiremos desbordados. Sería aconsejable aprender a gestionar estás situaciones en el “ aquí y el ahora” es decir ocuparnos más que preocuparnos.

– Cerebro multitarea: querer realizar varias tareas a la vez es un error, es conveniente aprender a jerarquizar, aprender a concentrarnos en las tareas de forma individual.

– Desorden: si ordenamos nuestro entorno, nuestro hogar, mantendremos en orden nuestra mente y esto es de vital importancia para el equilibrio emocional.

– Actitud pasiva: ocuparse sí, preocuparse no, porque esto nos va a bloquear. Sería conveniente buscar soluciones o alternativas.

– Aislamiento social o dificultades en las relaciones interpersonales

 

Consecuencias del estrés

Las consecuencias del estrés no son buenas ni para la persona ni para la salud.

Las enfermedades psicosomáticas están relacionadas con el estrés.

Otras enfermedades relacionadas son: depresión, obesidad, enfermedades de la piel, problemas de corazón, bajada de las defensas, presión arterial alta, contracturas musculares, problemas gastrointestinales, colon irritable, trastornos en el patrón del sueño, agotamiento.

 

 

Tratamiento psicoterapéutico

  • Psicoeducación: para comprender el problema; su origen, dinámica, los factores que han incidido en su génesis y que lo mantienen.
  • Todas las estrategias están apoyadas por materiales y documentos de ayuda para un óptimo desarrollo de la terapia.
  • Técnicas de relajación y respiración para disminuir la activación fisiológica.
  • Reestructuración cognitiva: identificación y modificación de los pensamientos disfuncionales.
  • Entrenamiento en resolución de problemas.
  • Técnicas de autocontrol.
  • Programa de autoinstrucciones positivas.
  • Técnicas de gestión del tiempo, planificación de actividades saludables: deporte, ocio, alimentación.

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